Política de acercamientos

El PSOE homenajea a Fernando Múgica dos meses después del acercamiento del etarra que ordenó matarle

Marlaska acerca a Kantauri, el jefe de ETA que ordenó asesinar al socialista Fernando Múgica

Su hijo José María, testigo del asesinato, ha pedido decir "no a Bildu, los legatarios" de ETA

PSOE BIldu ETA
Rubén Múgica, hijo de Fernando Mugica, coloca flores sobre la placa en homenaje a su padre (Foto:EFE).
Pelayo Barro

El PSOE de San Sebastián, en el que militaba el entonces concejal Fernando Múgica cuando fue asesinado de dos tiros por el etarra ‘Txapote’, ha participado este sábado en el homenaje a su figura y en la inauguración de una placa en su memoria. Un acto que se produce apenas dos meses después de que el Gobierno de Pedro Sánchez diese luz verde al acercamiento de José Javier Arizcuren Ruiz, alias Kantauri, que fuera jefe de los comandos de la banda terrorista durante la década de los 90. El hombre que ordenó asesinar a Múgica.

Difícil papeleta para el PSOE: honrar la memoria de sus muertos por el terrorismo etarra mientras acerca a miembros de la banda y les progresa de grado para contentar a Bildu, socio del Gobierno de Sánchez en cuanto a aritmética parlamentaria se refiere. Este sábado ha vuelto a escenificarse ese imposible equilibrio en el acto en memoria del concejal donostiarra Fernando Múgica.

A Múgica, al que este sábado se le ha inaugurado una placa en su honor, le ejecutó un talde etarra. A sus 62 años, Múgica llevaba años en la diana de ETA. Fue un lluvioso 7 de febrero de 1996 cuando dos terroristas embozados -entre ellos, el recientemente sacado de aislamiento Txapote, el también asesino de Miguel Ángel Blanco- se acercaron hasta el despacho de abogados que compartía con sus tres hijos. Unos meses antes, cansado de amenazas, había prescindido de su escolta.

Mientras se dirigía al aparcamiento donde había dejado su coche, seguido de cerca por su hijo José María, los dos asesinos se acercaron a su altura. Uno le descerrajó un tiro en la nuca que lo derribó. «¡Es mi padre!» gritó su hijo, que años más tarde rememoraría los detalles del asesinato. Intentó frenarles, forcejeando con uno de ellos, que respondió encañonándole. Al parecer, el hombre embozado que portaba la pistola era Txapote, uno de los rostros más reconocibles de la barbarie etarra.

Los dos asesinos huyeron, pero su hijo José María fue tras ellos e identificó el Opel Corsa que utilizaron para huir a toda prisa del lugar. Su testimonio sería clave en las futuras condenas de sus asesinos. Aquel asesinato fue ordenado por Kantauri, entonces jefe de los comandos de ETA, quien fue acercado a la cárcel de Logroño desde la de Murcia el pasado mes de noviembre dentro de la política de beneficios penitenciarios a miembros de la banda en la que se ha embarcado el Gobierno de coalición de la mano de Bildu.

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El ex jefe de los comandos de ETA, Kantauri.

Mensaje contra el socio de Sánchez

Su hijo José María, testigo de aquel brutal asesinato, ha sido este sábado protagonista de los actos en homenaje a su padre.  Ha afirmado, en referencia a la ubicación de esa placa dedicada al socialista, que ese pasará a ser un «lugar de rebeldía, de decir no a aquellos que practicaron ese terrible oficio de matar, a los que les jaleaban, a los que les impulsaban, a los que les protegían, porque ese terrible oficio de matar era producto de una voluntad totalitaria, sin piedad, que hoy tiene sus legatarios, sus seguidores, hoy eso se llama Bildu».

La placa ha sido inaugurada por el Ayuntamiento de San Sebastián, que la ha instalado entre los números 11 y 13 de la calle San Martín de la capital guipuzcoana, donde fue asesinado el abogado e histórico militante socialista el 6 de febrero de 1996.

El acto comenzó con cinco minutos de silencio y con una ofrenda floral sobre la placa en memoria de Múgica, y finalizo entre aplausos de los presentes.

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Los hijos de Fernando Múgica aplauden tras los 5 minutos de silencio.

José María Múgica ha agradecido en nombre de la familia al Ayuntamiento donostiarra y al alcalde por «preservar un lugar de memoria donde una persona que paseaba por la calle sin defensa fue asesinada» y que «vale por tantas personas que fueron asesinadas a las que se rompió su vida por la tragedia del terrorismo» que se sufrió «durante décadas en el País Vasco y en toda España».

A ello ha añadido que este acto y la placa inaugurada servirán «a los más jóvenes para saber lo que ocurrió y para, sabiendo lo que ocurrió, que nunca pueda volver a haber la siniestra posibilidad de que vuelva a suceder lo que sucedió».

Bildu no asiste

El acto, que ha tenido lugar a mediodía, ha contado con la presencia de todos los grupos municipales encabezados por el alcalde donostiarra, Eneko Goia, a excepción de EH Bildu por petición expresa de la familia. Han asistido los concejales de PP Borja Corominas, de Elkarrekin Aitzole Araneta, del PSE-EE Marisol Garmendia, y del PNV Jon Insausti y Juan Ramón Viles.

También han acudido a la cita, entre otros, los tres hijos del homenajeado, José María, Rubén y Fernando, así como el secretario general del PSE-EE de Guipúzcoa, Eneko Andueza, junto a otros dirigentes históricos socialistas como Miguel Buen, Manuel Huertas, Ramón Jáuregui; el viceconsejero vasco de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación, José Antonio Rodriguez Ranz; la viuda del concejal del PP asesinado por ETA Gregorio Ordóñez, Ana Iribar; el secretario general del PP de Guipúzcoa, José Luis Arrúe; el filósofo Fernando Savater; y el diputado foral de Medio Ambiente de Guipúzcoa, José Ignacio Asensio.

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